¡Yyyyyy otro año más, toca hacer balance! Y esta vez es ni más ni menos que el final de una década, la misma que se ha llevado mis “veinti_” para dar paso a los “treinta y”. Como siempre, os dejo por aquí en enlace de los balances de los años pasados. ¡Podéis remontaros hasta 2013! Abordaré el de 2019 un poco diferente dividiéndolo en secciones para que sea más ameno y esté más organizado. También he añadido fotitos variadas que he ido haciendo. ¡Empezamos…!

VIAJES

Este año he viajado un montón, con lo que me he quitado el miedo de que la vuelta a un trabajo de oficina tras unos meses viviendo como nómada digital me cortara las alas que tan alegremente me había dejado crecer como freelance. Además, para celebrar mis 30 volví a Islandiadonde estuve de Erasmus en 2010, deseosa de reencontrarme con un país que tanto me había marcado en su momento con sus cielos y sus hielos. Por suerte, pude ver auroras boreales clarísimas durante tres noches seguidas, repitiendo la experiencia de la noche en la que cumplí 21, cuando vi una por primera vez (aunque entonces no me llevé la cámara y me quedé con la espinita de tener fotos propias de una aurora).

pastedGraphic.pngSueño cumplido de fotografiar una aurora

No obstante, tengo la sensación de que sigo recuperándose del desgaste de los viajes del año pasado, y cuando viajo, la energía me dura la mitad de lo que me duraba antes. Me ha pasado dos veces que, tras el primer día, solo me apetece hacerme croqueta con el edredón y esperar la vuelta. Es como si mi cuerpo volviera al estado en el que estaba ya a última hora de la aventura nómada: agotado (aunque en realidad, desde el principio noté que necesitaba bajar el ritmo). Por si no estáis al tanto (tenéis mis crónicas en Punto y Oporto), cuando estuve en Rumanía, llegué a cancelar los siguientes dos destinos que tenía planificados (un mes en Serbia y otro en Eslovenia) e incluso adelanté el vuelo de vuelta a Madrid tres días porque, literalmente no podía más: vivir sola un mes en cada país, a la vez que seguía trabajando las mismas horas, teniendo que adaptarme constantemente al nuevo escenario y terminando cada viaje con una visita exprés a Madrid para revisar la ortodoncia (¡que por fin me quitaron este año, por cierto!) fue simplemente demasiado. Siempre me quedará la duda de cómo habrían sido las cosas si no hubiera tenido que hacer esos viajes dentales. Pero la vida da muchas vueltas, ¡quién sabe lo que está por venir!

MINIMALISMO

El minimalismo, protagonista del balance del año pasado, ha adoptado un segundo plano en este 2019. Pese a que sigo aplicando los principios que lo rigen (prescindir de lo prescindible y priorizar lo que tiene significado o utilidad), me he dado cuenta de que una de las razones por las que prefería reducir al mínimo mis pertenencias era porque, “a más cosas, más aparatosa la mudanza”; siempre pensando en cómo encajaría X en mi maleta, siempre con la mente en el siguiente destino. Ahora, que ya estoy totalmente asentada, me siento más cómoda con la idea de no vivir con lo mínimo “por si acaso”. Mi biblioteca sigue estando casi entera en Kindle, pero si me apetece comprarme libros en papel por cualquier razón, lo hago; mi habitación no está atestada de cosas, pero si necesito un mueble, me lo compro; mi armario no está a reventar de ropa, pero si me apetece comprarme algo, lo hago. Para que os hagáis una idea, el año pasado viví con dos pantalones, cuatro jerséis y dos pares de zapatos. Quería poder meter todo lo que necesitaba en una maleta de mano.

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Un atardecer cualquiera en algún rincón de Islandia

REDES SOCIALES

Este año he escrito en el blog menos que nunca (¡solo cuatro entradas!), pero he preferido centrarme en consolidar mi vida 1.0 en Cork y alejarme de las redes sociales borrándome Facebook, redejando Twitter y dedicando ese tiempo principalmente a YouTube, donde no hay día que no aprenda algo nuevo (mis canales favoritos: Anna AkanaTerJaime AltozanoAbi PowerLuisito ComunicaJonna JintonJudith Tiral o Minimalistamente). De hecho, para este 2020 tengo en mente un proyecto que pasa por esta plataforma… ¡Seguiremos informando! 😉

EJERCICIO

Este año me he centrado en ampliar mi abanico de ejercicio y he probado actividades tan dispares como capoeira, escalada de bloque, senderismo, funambulismo, pole dance o swing. He seguido haciendo yoga regularmente y ahora he vuelto al gimnasio, después de años alejada del último contexto que me rodeó antes de sufrir la hernia discal de la que me operé con éxito en 2016 (como cuento en este vídeo de Youtube que ya tiene 143 000 visitas). También me hice con una bici en verano y estoy pensando en comprarme un coche (de hecho, me he cambiado el carné español al irlandés para que me salga algo más barato el seguro del que será mi primer coche).

LIBROS

Para 2020 me he propuesto leer más literatura, así que me he hecho con 25 de las 50 mejores novelas en castellano con la intención de leerme dos libros al mes. Veremos qué tal va el intento, porque siempre acabo cayendo en la tentación de sumergirme en otra de mis pasiones: los libros sobre desarrollo personal y psicología.

MÚSICA

Estoy flipándolo mucho con artistas como Billie Eilish y Biig Piig (esta última, curiosamente, nacida en Cork y criada en España, pero la descubrí de casualidad) y he consolidado mi costumbre de por escuchar dos géneros cuando trabajo: lo-fi hip hop y… sonidos de tormenta (no debo de ser la única, porque ese vídeo de 10 tiene 70 millones de visitas).

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Cork

VIDA PERSONAL

En este ámbito, estoy orgullosa porque aprendiendo cada vez más a decir “no”, a alejarme de lo que no me da buenas vibraciones o no me aporta nada, a “dejar ir”, a fiarme más de mi instinto, a poner límites a lo que estoy dispuesta a aguantar, a poner distancia con las mierdas ajenas, etc. Además, de casualidad di con la página del la Asociación Española de Personas Altamente Sensibles (PAS) y, tras sacar una puntuación de 97 sobre 100 en su test oficial, empecé a interesarme sobre el tema y he encontrado explicación a muchas cosas. No soy muy amiga de las etiquetas, pero esta esconde un montón de información que, junto con el resto de libros sobre psicología que he leído, me está resultando muy útil para entenderme mejor.

VIDA PROFESIONAL

Qué puedo decir, siempre tuve el sueño de probar a trabajar en una gran corporación y lo he cumplido en Cork, trabajando en Apple. He ganado mucha confianza en mí misma y me tranquiliza tener la certeza de haber hecho lo correcto al dejarme guiar por la sensación de que necesitaba volver a tener un trabajo de oficina y dejar atrás la vida freelance. Me da pena no poder compartir en el blog nada de lo que estoy viendo y aprendiendo, pero por motivos obvios de confidencialidad, ¡mis dedos están sellados!

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Vistas desde HollyHill, donde está Apple

VIVIR EN IRLANDA

Vivir en Cork me ha dado la oportunidad de poder mirar al futuro con más certezas que incertidumbres y, pese a los altibajos habituales de vivir en el extranjero, me siento muy en paz con la decisión de haber venido y, sobre todo, orgullosa de la mentalidad con la que vine, sin una fecha de vuelta en el horizonte que aprisionara mis decisiones diarias. Creo que este punto de vista (muy relacionado con el cambio de chip del que hablaba en la sección “Minimalismo”) me ha ayudado a asentarme rápidamente, con toda la paz mental que eso implica. Además, he conocido a un montón de gente de diferentes países y culturas, y poco a poco se va consolidando mi bonita familia elegidaaquí en Cork.

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Y más Islandia

Y… ¡hasta aquí el balance de 2019! Me despido deseando que terminéis el año por todo lo alto, que tengáis unas merecidas vacaciones si podéis. ¡Feliz Navidad, familia!