Hace poco me regalaron este libro (venía envuelto en plástico) y… ¡es único! ¡Está impreso al revés!

En mi casa siempre ha estado presente la lectura: mi madre con el periódico en la mano, sentada en el escalón de la puerta del balcón, o mi padre hojeando revistas y libros de música, casi siempre en inglés. Yo, en los últimos años, devoraba los cómics de ilustradoras. ¡Cuánto admiro poder describir con un dibujo lo que sientes y que otros empaticen con tus trazos! A raíz del confinamiento, empecé a enfocarme más en literatura contemporánea y descubrí, por ejemplo, al que ahora mismo es mi autor favorito, David Foenkinos, con obras magníficas como “La delicadeza” o “Charlotte”.

Me encantan las tiendas que hay a la salida de los museos, sobre todo los de arte moderno. Siempre se exponen combinaciones únicas de libros y objetos que, personalmente, me resultan irresistibles. Lo que hace la experiencia aún más ilusionante para mí es que, como si de un juego de pistas se tratara, acostumbro a aguzar mis sentidos en busca de señales para ver qué libro me busca. ¿Qué hace ese al revés en una pila perfectamente ordenada? ¡Ese tiene en el título la expresión que últimamente repito tanto…!

La idea de que los libros te encuentran a ti ya la había leído por primera vez allá por 2014, en “Homenaje a los libros en papel”, en el imperdible blog de Aniko Villalba. En él reflexiona: ¿Cómo podrían seguirse produciendo estos encuentros si los libros digitales sustituyeran a los físicos? Por su parte, Aby Warburg acuñó el concepto de «la ley de la buena vecindad», que dice que el libro del que uno había oído hablar casi nunca era el que uno necesitaba, sino que era el libro de al lado el que contenía información vital.

Hace poco, en la librería del Caixaforum de Barcelona, llamó mi atención el libro Sigue adelante. 10 maneras de mantener la creatividad en las rachas buenas y en las no tan buenas, de Austin Kleon. Aunque el título ya de por sí es bastante atractivo para mí, en un primer momento no lo había visto. De hecho, fue al coger el libro de al lado cuando este se cayó al suelo. Por supuesto, no hubo más que hablar: ¡Me lo llevo!

Ya en casa, leí que Austin hablaba de que la rutina te salva de tus propios vaivenes y es clave para mantener viva la creatividad. Veinte páginas después, me entraron unas ganas de escribir irresistibles, y me pareció precioso saber que esas líneas exactas no habrían salido de no haber dado con ese libro. Pienso que la manera de escribir lo que escribimos, la elección concreta de unas palabras u otras, varía dependiendo de las circunstancias. Habrá líneas que nunca se escribirán por no producirse los estímulos necesarios para hacerlas brotar. De la misma forma que elegir si ir por un sitio o por otro durante un paseo cualquiera marcará el desenlace de ese día. ¿Cómo habría transcurrido la jornada de haber elegido la otra calle?

Acerca de la autora

Merche García

¡Hola! Me llamo Merche, tengo 35 años y este es mi tercer blog. En él, subiré mis escritos con la intención de compartirlos y seguir conociendo a gente interesante en el camino. Como soy una nostálgica, he republicado algunas entradas de mis dos blogs anteriores "Punto y Oporto" (sobre viajes) y "Traducir&Co" (sobre traducción). Mira en el menú superior.

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